


Felipe Saldarriaga
Es fiel a las vivencias de su infancia y adolescencia antioqueñas y el recuerdo de los juegos en los que «dejaba, antes de salir a la escuela, a mis animales bien organizados y limpios con su alimento»
Esos animales eran de plástico y para Felipe constituyen el principio de sus cuadros, ¡una mezcla de fantasía y ganas de jugar a la verdad!.
Desde una realidad histórica y cultural colombiana, él desarrolla su obra en el camino del mestizaje pictórico, el mestizaje de imágenes: “Y parece que aún sigo igual: me meto al mercado y miro sus frutas. Para mí son la luz del campo y del campesino, es lo que ellos cantan. Es un silencio de colores y una vida que muchos no captan. Yo pinto para quienes vean mi obra tengan la oportunidad de vivir el color y el pueblo. La pintura es una poesía muda y una música sorda, pero con un color que grita.»
Trayectoria Artística
Felipe inicio estudios de Diseño Gráfico e Industrial, pero cuando sus maestros le comentaron que estaba fuera de tema él pensó: “El que está fuera de tema soy yo”. Siguió sus instintos, su individualidad y se convirtió en un artista, alguien que quería compartir con otros la manera en la que sus ojos y su mente ven la realidad.
Felipe vive sus obras,
las respira y las comparte con todo el que quiere verlas. A través de ellas nos invita a ver un mundo alegre y lleno de color, un mundo en el que dominan la música, la alegría y el presente. “Pintar es mi tarea diaria, me encanta, cuando tengo ganas… si no, ¡pues no sé pintar!”
Hay quienes han tratado de etiquetar el estilo de Felipe, pero, ¿cómo puede una persona que firma así tan simple, Felipe, tener un estilo? ¿cómo puede un artista único ser clasificado dentro de un movimiento?, cuando él solamente pinta lo que aparece en su mente. Quien lo conozca podrá asegurar que su mente es única, como lo son sus técnicas y su estilo.
Para Felipe no existe la tristeza, solo la verdad y la realidad. Él ve el lado bueno en todo lo que vive y en todo lo que toca y lo transforma en obra de arte. Mediante su obra nos regala esa pureza que en este mundo nos hace tanta falta.
Felipe ha creado junto con cientos de cuadros y esculturas un espacio habitado por objetos y seres. “Me alimento del trato con los animales y las plantas. ¡Son más nobles que nosotros! Me entiendo muy bien con ellos y por fortuna, tengo mucho alrededor mío. También son seres que se meten a mis cuadros, pues me gusta colocarlos en sus andares, rincones y ambiente”.
Felipe tiene una vida llena de experiencias y vivencias únicas.
Desde pequeño fue travieso y alegre. Nunca pudo permanecer mucho tiempo en una escuela, aunque fue y es extremadamente curioso. Siempre ha vivido en sus dibujos y sus pinturas. Ha llenado de aventuras la vida de muchas personas, entre ellas sus dos hijas, quienes crecieron rodeadas de magia y alegría: buscando gnomos y hadas, con paseos a la luz de la luna y tréboles de cuatro hojas. Y también su esposa, quien recibe una flor, un beso o un cuadro cuando menos los espera.
“Lo negro y sus tonos grises no van conmigo: son para los zopilotes, a los que les caen gordos los pavo reales.»
Felipe es un niño en cuerpo de hombre, aunque lleno de sabiduría que a veces parece ancestral. Siempre regala una sonrisa traviesa, una broma, o algún dicho que logra alegrarte el momento, y esa alegría la refleja en los colores de su obras.
«Me gusta meter mis ojos por las puertas y las ventanas, sobre todo de las casas campesinas, porque en su interior se ven elementos que me cuentan la historia de los que allí viven»
Obras Anteriores
Exposiciones Individuales

Galería G.D.A. México, D.F.
/ 1974

Art House Gallery, Valle de Bravo, México
/ 2016
- Galería G.D.A. México, D.F. 1974
- Galería Isaac H. Ambrís: Valle de Bravo, México, D.F. 1974
- Galería Colombo Americano: Medellín, Colombia 1975
- Museo Universidad de Antioquía: Medellín, Colombia 1978
- Galería Alianza Colombo Francesa.: Medellín, Colombia 1978
- Museo de Arte «Francisco Antonio Zea». Medellín, Colombia 1978
- Centro Cultural J. Arcadio Pagaza Valle de Bravo, México 1982
- Centro de Convenciones: Cancún, Quintana Roo 1985
- Galería la Taberna del León. Valle de Bravo, México 1985
- Club privado la cola: Valle de Bravo, México 1985
- Casa de la cultura J. Arcadio Pagaza: Valle de Bravo, México 1988
- Janantli Gallery: Edimburgo, Escocia 1989
- Byzantium Gallery: Edimburgo, Escocia 1989
- Galería de Arte Jean Louis Silve: Valle de Bravo, México 1990
- Filmhouse Edimburgo, Escocia 1990
- The Festival Club Edimburgo, Escocia 1990
- Robson Gallery, Halliwell ́s Museum Selkirk, Escocia 1990
- Centro de Cultura J.A. Pagaza: Valle de Bravo, México 1992
- Cámara de Comercio de Medellín, Colombia 1994
- Centro de Convenciones Quirama, Medellín, Colombia 1994
- Hotel Poblado Plaza Medellín, Colombia 1995
- Casa de Cultura Valle de Bravo, México 1997
- Centro Cultural Mexicano, Mc Allen, Texas 1998
- Casa de Cultura Valle de Bravo, México 1999
- German Center, México, D.F. 2002
- Galería De Felipe, Valle de Bravo, México 2007
- Exposición permanente Galería Michelle Colliere. Valle de Bravo, México. 2007
- Galería Michelle Colliere. Valle de Bravo, México. 2008
- Galería Michelle Colliere. Valle de Bravo, México. 2009
- Galería Debora Arango, Embajada Colombiana en México, 2010
- Casa de Cultura Valle de Bravo, Festival de las Almas (2011-2015)
- Art House Galley, Valle de Bravo, México 2016
Testimoniales
MOTIVADO POR LA ANSIEDAD DE SER PARTE DE SUS PROPIOS CUADROS
Felipe Saldarriaga pinta sus recuerdos. Muestra escenas de una infancia rica en imágenes dentro de un ambiente en el que la realidad y la fantasía se mezclan. Felipe no es un pintor naif, que es como la mayoría del público lo califica. Si bien prefiere las imágenes populares, no las representa con este estilo. Rehúsa todas las formas “clásicas” de enseñanza artística y nunca podrá ser catalogado como un artista académico. Sin embargo, sus obras muestran una destreza artística lograda a través de la experiencia y la experimentación. En ellas no faltan grupos de figuras, en ocasiones de mujeres que encarnan el deseo.
Su gama de color es infinita, e indica que en su concepto no existen las graduaciones de color sino contrastes expresivos. Sus cuadros parecen haber sido proyectados por un subconsciente emocional que el propio artista desconoce. Transmiten vivencias sin tiempos determinados ni lugares precisos. Es un honor disfrutar el trabajo de Felipe Saldarriaga y, sin tecnicismos ni prejuicios, adentrarnos en el mundo que nos comparte. Como pintor y persona, él vive a su entera y muy propia satisfacción.
«…TAL VEZ SOY INGENUO-COSTUMBRISTA, TAL VEZ…»
Yo no me detengo a pensar que sean mis cuadros. Ellos son el resultado de un anhelo, de una necesidad de estar ahí. Escojo los colores y organizo los elementos de tal manera que resulten naturales, sin forzar nada., Cuando pinto me voy perdiendo en el cuadro hasta tal punto que ya no es la sola disposición de colores, ni la nostalgia por lo que ya fue, sino la historia de algo que está muy cerca a mí y que no puedo dejar de plasmar. Voy poniendo las cosas, disponiendo los objetos como si estuviera contando un cuento. Entonces el espectador puede meterse dentro, caminar por los corredores, salirse al patio, detenerse. Por eso mis cuadros no son para mirar rápidamente. Algunos críticos han dicho que soy un pintor “naif”, otros (esto me lo dijeron en México), que era una pintura “animalista”. Hay quienes califican mi obra de ingenuo-costumbrista. Lo único cierto en que en mis cuadros hay mil sentimientos, mil estados de ánimo y una búsqueda afanosa por reencontrar la raíz perdida del pueblo.
Esto se lo dije una vez a Juan Camilo Moreno y a Luis F. Calderón en Medellín, Colombia. Artistas Colombianos.
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